En esta sección podrás encontrar los cuentos de Santiago. Lealos bajo su propio riesgo.
Me ensordece no poder escuchar tus caricias en el aire tímido
Estas noches de nieve amarga pero cristalina.
Me ciega no poder ver fotos con tus sonrisas de fuegos y chorreadas con jugo de anís.
Me enmudece vivir entre castillos de claveles, escribirte a puño y letra estos versos etéricos
para que cada uno goce de tus miradas mientras yo
aquí
solo
sueño con tal solo poder acariciar una seda de tu pelo.
Me seca la lengua el pensar que podré naufragiar
y perder el sendero a la miel de tus labios
Mi nariz se arruga al pensar que puedo perder el perfume de tus cachetes
y que pasaré a oler el estiércol fresco y la tierra astringente.
Ya basta pensar que estas lejos
Que me escondo detrás de cobras y cuervos
Que ando saludando al sol y respirando
Has olvidado como sentir mis vibraciones
Como era levantarse en el medio de la noche con el corazón agitado
por
pensar
mucho en mí.
Como tus labios le donaban una sonrisa al mundo cuando escuchabas mis versos.
No permitas que desaparezca entre cenizas y el incienso.
Recuerda cada una de las mil y dos noches
Cada bola de nieve dulce con la que te sorprendí.
Cada foto en la que nos perdíamos entre besos y sonrisas
Cada pétalo que adornaba tu cama, y cada rosa que tus mejillas han inspirado.
Cada sueño en los que nos hemos desvelado
entre pelos de Sita y barcas parisinas
Cada beso efervecente y subversivo
cada perfume fresco
cada beso en luna llena
No dejes de amarme para que yo no desaparezca.
Adjetivos alcanzando el infinito
Verbos centrifugándose a la velocidad del viento
Trivialidades olvidadas cristalizándose al rotar.
Cacofonías imperceptibles vibrando en patrones incandescentes.
El poema infinito está inspirado en una milésima de tu sonrisa.
Aquí estoy, con una espina clavada en el pecho
Entre mantras y estrellas
La nieve ha escondido los prismas y ha comenzado la ilusión
Mi corazón late en apuros
Confundiendo tu sonrisa inocente y blanca
Olvidando los abismos cristalizados
Entre diosas habéis conquistado
Petalos y claveles
Perlas y flechas doradas
Y aquí ando, con un morral desolado
A punto de partir en el ocaso
Sólo
Dejándote a ti
Y tan sólo llevándome
Una foto en sepia con tu sonrisa
Y las marcas en mi abrigo por tus abrazos
Partiré al horizonte
Para desaparecer entre la niebla
(Los Astros aún no me han abandonado)
Mi corazon esta sangrando hielo
Por que tus ojos lunescos no estan aqui.
Como nube destrozada por el viento
busco un beso anonimo, un abrazo estereo.
Busco tus labios en los versos de Neruda
y ahora entiendo que faltaba en ellos
Ando buscando estrellas en la pared
Para robarme una y regalartela
Me han robado los versos que te regale
Aquellos que quemaron tu corazon
con sabila, jengibre y miel.
Enséñame a escribir un poema
para pintar las Amazonas con tu nombre
para buscar tus palabras en el tiempo.
Esa luna de hojalata se ha estraviado
entre ondas amorfas y tres gotas de sangre
y tan solo he quedado con esto
versos incomprensibles que te erizan la piel.
Aun si tuviera que escribir con cenizas de hielo.
Entre el musgo y ranas de verano.
Una milesima de tu sonrisa es suficiente
para desaparecer
en la soledad acústica
con coquies místicos
junto a ti.
Quizás ando buscando el café que nunca florecerá,
Las semillas de oro gris que congelan la luz
Tal vez soy tiempo fugitivo, silencio en mis vértebras.
Podré jurar que los pétalos están perdiendo su color
Que en el tazón ahora sólo queda una bolsa con té amargo.
Será que estoy sujetando una copa de vino tinto en la mano equivocada?
Quizás ya sea hora para que enfrentemos la realidad.
De que abandonemos nuestro intento fútil de probarle al universo
que podemos romper las leyes que ataron nuestra mirada
Pero aún si las nubes se volvieran trasparentes.
O si se me están cayendo los músculos en cada respiracion
No pasará.
Quiero invitarte, que vengas con morral en mano
para enseñarle a tu corazón a latir en otra frecuencia.
No esquivaremos el viento que nosotros mismos hemos creado.
Quiero que volvamos a cazar a los dragones que pueblan el Amazonas
Que seas tú que leas los versos de los últimos días de invierno
Mientras mides lo profundo de mis inhalaciones
Déjame aspirar tus besos proféticos bajo una vela mística
Hazme perder mi nombre en el océano
como lo hacen los ríos que flotan en el otoño
Te invito a que cierres tus ojos y se te erice la piel
mientras recito en francés el mantra que se escapa de mis labios
y rompe mi mente en cristales que resuenan tu nombre.
Déjame trepar los Andes para acercarme un poco más a las estrellas
Hasta poder asomarme en la penumbra y ver tu sonrisa de girasol
Anunciar que aun me buscaras en la orilla de la luna.
\"Dales tu mejor sonrisa aun sin ganas de sonreír" - Transfer
Sigo intentando descifrar las olas
que vienen cargadas de flotantes pétalos rojos
Míralas como tiemblan.
Las olas no andan manchadas. Soy yo.
Una espada en mi pecho hace que la sangre me brote por los poros
Como sudor de azufre descompuesto.
Ya casi se me olvida
que me han dado cierto número de respiraciones
Un número fijo de pensamientos
Y las he agotado
Estoy yendo en contra de lo eternamente obvio.
Ahora, las espinas se dilatan en mis pulmones guerrilleros
robando mi capacidad de asombro
Siento que se calientan los cristales molidos que caen del sol
Oigo cómo una mancha de luna se derrite
Ahora recuerdo todas las sombrillas que olvidé cerrar
Que todos nos vemos exactamente igual
Calaveras irreconocibles hechas de agua y barro
Veo las estrellas y oigo el mundo girar
pidiéndome que viole las leyes
que me atan a la euforia matutina
Por un momento, tengo mi futuro en mis codos.
Puedo ser honesto, consistente.
O pensar que todo ha acabado.
Puedo soñar.
Pensar que he muerto de una mirada,
saber que ha sido la tuya.
Tomar por sentado que un dios existe.
Estar tranquilo porque reencarnaré.
De cualquier modo, estoy muriendo.
"La poesía tiene que ser producida en lucha contra la imposibilidad." - J.I.P.
Este es pues, el último poema que escribo.
Mientras el polvo cae como nieve sobre las tabernas bañadas con vino pasado.
me he cortado la nariz agonizando al tratar de describir una flor sin pétalos
Me desvelan los sueños lúcidos que no predicen ni el tintineo de mis tripas ansiosas
En el fondo, escucho música donde se camuflan
mis versos perdidos que nadie se atrevió a leer.
Voy desmoronado tras oler los desiertos de sal cuando marchitaban.
Cansado de secar litros de tinta china luego de convertirlo todo
en sacos de huesos ensangrentados que no dicen nada.
De congelar la arena sobre mis hombros para sentir si me crecen los lunares.
Una gota de nieve sobre un horno que hiede a madera
me recuerda que el clérigo apesta como los deambulantes calvos
Me he dado por vencido
Estoy forzando todas estas palabras abruptas hasta que encajen.
Ahora estoy dispuesto a cortarme la barba con un hacha
Sabiendo que ni siquiera mis errores son originales.
Estoy harto de masticar escamas de pez podrido
Por comer lo que escribo.
Disfruto al sabotear este poema que le robe al incienso para no pensar.
Mucho me ha tomado para enterrarlo en lo más profundo
He olvidado que es un diamante.
Que entre más enterrado, más duro sale.
Todos terminamos echándole la culpa al viento.
Iluso al pensar que sería el último que regalaré a las olas.
“Poetry must be produced in struggle against impossibility”
-José I. Plúguez
This is, thus, the last poem I write.
While the dust falls like snow over taverns washed with rotten wine
I have cut my nose agonizing to describe a flower without petals.
The lucid dreams that don’t even predict the clinking of my anxious guts keep me awake.
In the background, I hear music where
my lost verses which no one dared to read, camouflage.
I crumble as I smell the salt deserts as they wilted.
Tired of drying liters of Chinese ink as I turn everything
into bags of bloodstained bones that do not say a thing.
Of freezing the sand on my shoulders to check if my moles are growing.
A drop of snow on an oven that stenches like wood
Reminds me that the priest stinks like the bald beggars.
I have given up
I am abruptly forcing these words to fit
Now I am determined to cut my beard with an axe
Knowing that not even my errors are original.
I am fed up with chewing rotten fish scales
For eating what I write.
I enjoy sabotaging this poem that I write not to think.
Much has taken me much to bury it in the depth.
Forgetting that it is a diamond,
That the more buried it is, the harder it gets.
We all end up blaming the wind.
Illusively thinking that it is the last one I would give to the waves
Son las tres y veintisiete de la mañana de una noche cualquiera
en que la luna no ha tenido que abrigarse bajo un árbol de higo.
y las orugas esperan el amanecer para romper el ayuno.
Es el séptimo sueño de una madrugada senil.
No fue un párpado el que se abrió, ni mucho menos los dos.
Una antorcha más pequeña que una pupila se escabulló en mi frente.
Levito por el aire hasta que veo las ruinas de un reloj
que con letras digitales marca en negro las siete y veinti…
Tres segundos me ha tomado recuperar el cuerpo de doce pieles.
Miro mis manos borrosas mientras tratan de traspasar las paredes.
Oigo muy bien la lluvia caer sobre las hojas
que se cuelgan de los árboles, temerosas de caer.
Intento abrir mis ojos de concreto.
La cera no deja que los pétalos de miel respondan.
Un alambre me traspasa el cóccix intentando arruinar mi balance
Un cosquilleo electromagnético, y una sobredosis de sangre en mis uñas
El alambre se enreda en mis vértebras intoxicadas
haciendo que escupan magnetismo.
Sube retando la gravedad, girando en la dirección sagrada.
Ha despertando a la garrapata desvelada que buscaba descanso en mi clavícula
y ha robado de mis codos las arrugas culebrescas.
El oro baña mis linfas mientras el cable serpentea mis escápulas
y deja su hilo de araña por cada una de mis costillas.
Ahora, las oscilaciones inconfundibles me dominan
Ondas de agua, oscilaciones de viento, fuego sinusoidal.
Patrones definidos cuestionan la entropía.
Mi cabeza se infla siguiendo patrones infinitos.
Sin pensarlo, toda la luz se concentra en un punto.
Aquel agujero brillante absorbe las huellas de una utopía.
Un estroboscopio blanco en tu entrecejo.
Una onda eléctrica recurre mi espalda, pero para en el corazón.
Mis hombros de repente se ven rodeados de cobre helado,
de un frío que me calienta, hasta quitarme las sábanas.
Una flor de loto cubierta de arena te espera en la cama.
Ando desacostumbrado de tanta cordura,
descifrando la ilusión de la imperfección.
Me cansé de fingir las coincidencias del universo.
"Entraremos al sueño de los locos,
donde viven los que son como tú y yo,
con la música que talla los diamantes."
– Transfer
Son días como hoy
en que ando extraño,
que me ocupo en buscar las orillas de las nubes de fanela
o en perseguir hormigas que roncan en un lago de tiel.
Son días como hoy
que mi mente divaga,
en que me acuerdo de vos.
Son noches como hoy
que he evaporado decenas de versos
para convertirte en el poema que nunca escribí.
Un atardecer como hoy
te convertí en la primera mujer que olí a té de mora.
(Créeme, no fue de pura maldad)
Atrevida.
Invadiste mi nariz con sonidos como un águila agnóstica que parpadea constantemente.
Sutilmente, rompiste el silencio olfativo con tu voz de manzanilla.
Me embriagaste con la fragancia flotante de eucalipto en tus exhalaciones.
Me mareaste con los lirios que germinaban
en el pelo que esconde tu mentón sonrojado.
Me despertaste con la nariz y me dejaste mudo del olfato
En fin, me intoxicaste con el olor a pino que emanaba de tu mentón.
Son noches como hoy
en que robo los versos que tú misma no recitaste.
Camuflándolos con palabras vacías para que tú,
hija predilecta de Saturno, no los reconozcas.
Serán noches, serán días, atardeceres
Serán rocíos en que te cree nuevamente.
Para luego verte, y darme cuenta,
que todo fue mi invento.
La adrenalina se escapó de mis vértebras,
tras un chasquido voraz aunque imperceptible.
Ha llegado la noche de luna y mis párpados colapsan.
El silencio ya me ha invadido.
El agua se condensa adentro de mi garganta, bañándola de sudor.
Ahora, escucho los susurros de mi respiración,
acompañada de un abdomen que se funde con mi espalda.
Todos mis músculos andan completamente desasociados.
Quise decir, casi todos.
Un músculo se rebela ante el orden.
Mi corazón lanza un grito alborotado de nostalgia.
Mi mente vuelve a donde el tiempo no se queda quieto.
Mi cuerpo, aún navega sueños turbios con aves fénix y sultanes hambrientos.
Me levanta la estática por instinto.
Mi cuello ya no es navegado por la bilis roja
Y mis cejas son impregnadas con plomo
al alcanzar momentáneamente la inmortalidad.
Mientras observo la curvatura de mis ojos,
creando la ilusión del tiempo y de la gravedad.
Pero no duró mucho.
Cesa el crujir.
Se empieza a oxidar.
Sutilmente, el desasosiego se pregunta si están sepultándote en un ataúd atómico.
El universo deja de gemir si el miedo recorre tus nervios.
No fue un remolino, no.
Una soga atada a tu pecho te extirpa.
Las dimensiones convergen.
Todos los músculos vuelven al orden.
Tú vuelves a poder contraerlos sin usar dinamita
Has vuelto al sueño que no te deja dormir.
De la estática.
Quizás la sal del océano se evapore dentro de un palo de canela enmohecida
Tal vez la luna se esconda tras nubes de hojalata oxidada.
Quizás las semillas resecas retoñen en el invierno.
Tal vez en una plaza abandonada derritamos el sol con la nieve.
Quizás termine oliendo los clavos corroídos en tu garganta.
Tal vez despierte en alguna orilla queriendo soñarte en la oscuridad.
Quizás estoy hastiado de mi cordura.
Tal vez estoy cansado de sueños proféticos
De saber el futuro de un parisino que jamás conoceré.
Quizás la verdad se esconde detrás de un tren acústico
Tal vez D.I.O.S. huye detrás de un tablero de ajedrez.
Quizás tus manos se quemen cuando las toco con el viento que se refleja en el agua
Tal vez mis pulmones colapsen por el burbujeo incesante.
Quizás mi latido esté en el lado incorrecto.
Quizás es tu culpa.
Tal vez no.
Quizás andamos buscando la sombra debajo del sol
Tal vez nos metimos en el vagón equivocado
Quizás nadie me vio partir.
Quizás la saliva y las lágrimas no combinan
Tal vez si nunca anocheciera no envejeceríamos
Quizás no.
Quizás sea hora de dejar de jugar con la incertidumbre cósmica.
Quizás aún no me has ensenado a dormir como los Dioses.
Tal vez nos liberemos de las dimensiones que nos separan.
Quizás he visto la primera lágrima que salio de tus labios
Tal vez no.
Tal vez me mareé sentado entre dos espejos
Tal vez fue por seguir tus pasos.
Quizás no se escribir versos de árbol de papel.
Quizás escriba antipoesía:
Tal vez te quiero.
Tal vez.
Tal vez entré en un laberinto eterno de hologramas infinitos
Quizás el ajedrecista moviendo sus fichas no nos deje partir.
Pero que poco me importa.
Con tal de que no dejes
La rana yace con su ceño fruncido
mientras la nube y la montaña se unen en éxtasis.
Sus párpados flotan sobre sus ojos, lengua adormecida
Sus labios remojados por el agua condensada
Su corazón palpita en sinfonía con las gotas del rocío
que durante la noche en su costado se han acumulado
compitiendo con la flor de loto que duerme junto al lodo.
Su barbilla se estira imperturbable
Emulando el ritmo de las hojas del otoño que navegan los aires
Su ombligo se amolda a la perfección de sus costillas,
Mientras el viento infla su vientre.
Sus manos forman un túnel que la desconecta del tiempo.
Rompiendo el hilo del apego
La rana, con principio, pero no final.
El mundo alrededor se ha detenido.
Una mosca levita sobre las hojas,
La mosca. La nada. La rana.
Le recuerda lo importante de que el estómago remilgue.
La lengua serpenteante arremete contra la mosca,
cómplice del viento de solsticio.
La mosca y la rana
Ahora son lo mismo.
La rana se convierte en espejo al buscar huecos en su mente.
Luego que su mente decidió escuchar las conversaciones en su cabeza.
Lucha contra las luciérnagas que intentan invadir sus huesos
Al fin, el incienso desprograma su cerebro
El espejo. El prisma.
La rana. La mosca.
Han desaparecido a otra vibración.
"Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua." – Pablo Neruda
Las montañas escupen neblina mientras
las alas del cóndor, expatriado por el frío, revolotean.
Donde el cuello de la ardilla se estira para poder tragar una nuez seca,
saco mi ancla, ignorando los instintos que nunca me han fallado.
Me concentro en el árbol que imita el sol
y en el arbusto que le roba el color a mi sangre,
Y se me olvida por completo mi intuición.
Me pregunto si el rocío seguirá distorsionando el color de la hiedra.
Si el follaje en el piso se pegará a mis pies descalzos.
Si mis ojos rebotaran otra vez con el sol que pronto zarpará.
Pero no he dudado por un momento gritar tu nombre en la oscuridad
o entre árboles desalmados.
Una corriente de viento convierte mis manos en estatuas.
Ya no falta mucho para que mi aliento se confunda con
las centellas grisáceas que bañaran tu pelo.
Para que tus labios apesten a fogata.
Y mi sonrisa se congele.
Mis ojos lagriman por la fricción con la realidad friolenta.
La sangre llega a mis ojos y mis pupilas empiezan a hervir.
Estoy aquí, clavado en tus ojos.
Intentando ver mí reflejo.
Mientras tus ojos combaten para no delatarte.
Cruzas tus brazos impenetrables pidiendo a gritos que los desenrede.
El agua rueda por el cerro y me he callado para escucharme.
Veo como todo cambia afuera de mí.
Pero aún me resisto. Inútil.
Estoy cómodamente adormecido.
Cuando me di cuenta, ya no estabas.
De que vale ver todo cambiar si tus ojos escamosos se escabullen.
Has depredado mis ojos hasta de una migaja de tu sonrisa.
Yo tan sólo te podré cohibir de mis versos.
Estos son los últimos para ti.
No te preocupes por mí.
He vuelto a aprender a respirar.
Me has quitado mi mirada vaga
para clavarla en tus ojos.
Perdí la libertad de dejar de mirarte
porque has robado mis pupilas herméticas.
Te las llevaste y tan sólo me dejaste la melancolía de tu mirada
Sólo quedan las cenizas de la hoguera donde estaban mis ojos.
Oigo susurros insoportables a distancia
inofensivos en apariencia
contradices todo lo que recuerdo haber visto una vez.
Me arrancaré los oídos para librarme
de las toxinas que perforan mis saturados tímpanos,
y para no oírte suspirar en el momento equivocado
Me voy caminando despacio,
tropezando como un miserable.
Ahora entiendo mi maldición.
Haré todo lo posible para recuperar mis ojos.
empiezo por borrar tu memoria
Casi me convenzo que triunfo.
Tenías que arruinarlo todo.
En una mano cargabas
mi pálido ojo izquierdo,
sangrando por la nostalgia.
En la otra, tu boca yacía anhelante y callada.
Y aquí estoy ahora, con un agujero ocular en mi derecha
que me mantiene ciego.
Fuiste astuta.
Me dejaste ese ojo rasguñado
Para que pudiéramos volver a mirarnos.
Pero no podré volver a verte
como solía hacerlo.
Despegaste mi nariz (eso dolió)
Como una escultora de piedra insatisfecha por su obra.
Tu perfume de nuez bañó mis fosas.
Te olí porque yo lo quise
Ahora, el único olor que recuerdo es el tuyo.
Me engañaste.
Yo escogí tu mano derecha
(o al menos eso me hiciste creer)
La intercalé entre mis dedos rocosos.
Tu mano sedosa empezó a conversar
mientras se amoldaba a las montañas.
Por fin tomé tu boca de artista.
Ahora todo me sabe insípido.
También te has llevado mi boca sedienta
pero me dejaste tan sólo un recuerdo.
Mi boca empezó a sangrar,
y tú, inocentemente limpiabas mis labios con un pétalo.
Mis manos se adormecen cuando no se fusionan con las tuyas.
Me has dejado sin mis sentidos
Solo tengo en mi cerebro
una inundación de recuerdos
y el eco de tus palabras pidiéndome
que no te malinterprete.
Es arduo reconocer
que a pesar de que el sol áspero se ha sumergido en la ceniza blanca
y de que la noche roja continúa habitualmente con su imperceptible paso
algo ha cambiado.
Por fin te he olvidado
Ya tus ojos cortantes me parecen comunes.
Ya tus parpados invisibles se han llenado de tinta
y la sangre ha dilatado tus pupilas.
Mis ojos ya no se encuentran con los tuyos.
Tu sonrisa esquiva se camufla en la multitud subversiva.
Afortunadamente tus manos se han disuelto en las mías.
Huelo tu pelo pero sus espinas húmedas protegen a una rosa seca
Y queman mi boca agria.
El polvo verde ha cubierto tus palabras ardientes.
Las raíces infinitas han cubierto a las tinieblas
y he logrado ver la piedra expuesta.
Ya no tendré que hacer caso omiso de ti
para evitar que tu latido invada el mío.
El viento te ha aplastado súbitamente
y mi corazón te ha tragado para quitarse la flecha.
Las hormigas picotean las estrellas
y en la noche sigo pensando.
Pero ya te has fugado de mi cabeza.
Debo dejar de mentirme.
Abrigado por la noche sabanera,
las manecillas del reloj suspiran en mi oído.
Mis pupilas están cansadas de buscar tu voz entre
astillas de regaliz y miel de flores silvestres.
Aun empapado por tu olor de jazmín,
ando buscando el eco de cada una de tus sonrisas.
Respirando ansiosamente ese susurro
que acariciará mi piel nuevamente.
Ese día, que mis labios se bañen nuevamente,
de un elixir madurado por los rayos oblicuos de la
luna caribeña, hojalatesca y fría.
Como pétalos en sepia en una noche primaveral,
mi corazón florecerá cuando el viento
lleve nuevamente a mis ojos
una esquiva mirada,
una inocente sonrisa.
Tercer Lugar - Certamen de poesía Semana de la Lengua - Commonwealth High School
El universo está triste.
La gasolina se desliza por mi piel y se cuela por mis poros
Hacia la sangre que se detiene.
Los huesos antiguos la absorben.
Siento la sal carcomer y quemar el interior de mi boca
como se desintegra un ladrillo en mi frente.
Siento mis venas hincharse y el frío navegar por ellas
Como la lluvia entra por mis ojos abiertos.
Siento el lamento agrio de los pájaros,
reventando mi tímpano empañado.
Orejas húmedas cortan el sonido.
Me duele cuando las uñas crecen
El sueño me desobedece.
Mis lúgubres dientes se aflojan
Y los músculos ahumados luchan contra sí mismos.
No es tu culpa que hayas quedado tallada en piedra,
aquí en mi cerebro.
Me has dibujado un punto en el corazón.
Has venido a abrirme el pecho con tus dedos de fuego
y a tomar el corazón vibrante
Hasta que el latido sea el mismo tuyo.
Quisiera despertar tiritando por la llama olvidada,
pero no, estoy empapado de gasolina.
Parece que no me puedes oler.
No es tu culpa.
El petróleo que corre por mis venas se ha condensado
Y ahora tengo una bala de goma por corazón.
Un pájaro descolorido canta en la noche
entre el ronquido de las ranas silvestres
y las chispas de una luciérnaga desvelada.
Vuela sin detenerse hasta ver una mariposa verde que
Entre las hojas se camufla con sus alas cerradas.
Respira azarosamente buscando sus labios
Descifra las vibraciones que han llegado a sus oídos
Escucha cómo las estrellas han cubierto el ocaso.
La mariposa no se deja conquistar por extraños que
En horas pares la sorprenden
Y asi fue como el pájaro fue retado, con palabras de ensueño.
“El dia que entiendas la curvatura de mis alas,
podrás entender el universo”
Asi fue que el pájaro enloquecido
descifrando señales de una fogata sin humo
que baila con el viento de una noche sin luna.
Durante siglos naufragó, celoso del viento que acariciaba
el enigma que escondía
las alas estrelladas de la mariposa
Y entonces, vencido en la orilla de una piedra,
Comenzó a ver la mariposa respirar.
Entre el delirio, y la desdicha, el secreto de las alas
se coló entre los oídos avíales, como oruga acabada de despertar.
Así fue el pájaro se atrevió a robar los labios de la mariposa
Y entonces perdió su latido
Una mariposa colorida navega en la noche
entre el arbustos silvestres
y ronquidos de luciérnagas,
que se han perdido en la noche
buscando tus besos
descifrando tus alas
Así estoy hoy,
Perdido en tus alas, buscando mi latido
Entre palos de ceniza, estelas de jengibre
Buscándome, buscándote.
Hasta perder la conciencia
Y perderme en tu latido.
Debo empezar este poema
Como esta historia comenzó
Tus ojos centellaron, los míos se perdieron en ti
Como patria buscando bandera,
Te encontré: tú lo sabías, yo también.
Simple, recuerdas? No. No fue así.
Tocabas a mi puerta con timidez
Las conversaciones existencialistas nos inundaban
La Yoga nos carcomía
Yo ingenuo, escribía poemas de Neruda
Sabiendo que sólo tú los leerías.
Ahora me pregunto, habrán sido los versos del capitán?
Y así llegó el famoso día
Que hice todo como no se debía.
Y tú, me contabas de tus premoniciones de los próximos días
Ignorando lo que pasaría en instantes
Bautizamos una rana de ojos dorados.
Tu sonrisa tatuó en mis ojos.
Aquel día tus manos quedaron esposadas a mi corazón.
Y exprimí de tus pupilas el rojo vino
Recuerdas?
Y así, con el tiempo fugitivo, el verso incompleto, la noche sin comenzar.
Por primera vez tus ojos me vieron partir
Recuerdas? Tal vez te quiero?
Viento.
Y las llamadas cruzaron el continente,
junto con rosas de agua
La medusa me robo los versos,
Te saboreaste las palabras, cada una de ellas.
Te mandaba ondas de alta fidelidad.
Y entonces el vidrio se quebró,
Dejando un olor a vinagre,
Las uvas se aplastaron por el viento,
Las cicatrices se abatieron por el perfume rancio.
Brotaron las cicatrices.
Lineas tristes? Lineas blancas.
En la oscuridad, el vino supo bien amargo,
Pero el mar dejo de llorar cenizas
Y callamos el frío.
Para siempre.
Recuerdas?
Seco.
Muy seco.
Llegó la primavera en otoño
Bailamos salsa en las piedras
Fundamos montañas y cañones
Sembramos semillas blancas
Comimos mangos y calabazas
Creamos manjares bajo lunas de hojalata
Detuvimos el tiempo,
Para disfrutar los anillos de saturno
y los últimos respiros de Plutón
Descubrimos lunares y rascacielos.
Nos paramos sobre manzanas,
Y gritamos libertad.
Apuntamos hacia Francia con la nariz
Y nos embriagamos con cidra en el parque
Junto a fotos en que mis ojos se escondían,
O tu pelo se rebelaba.
Y cómo te inundaba de preguntas!
Recuerdas?
Quería saberlo todo, del sonido en tus oídos,
Descubrir los secretos detrás de tu nariz.
Mientras tú, tan solo me mirabas respirar.
Anonada.
Así pasaron las noches del ‘ABC’,
Aprendiendo todo de nuevo,
Robando girasoles al invierno,
Para dártelos a ti, inundados de chocolate.
Mojándose en flores silvestres,
Que se perdían entre tus sonrisas
Y tú.
Recuerdas? O gasto papel recordando?
Y vinieron las noches de verano,
Escondido entre dioses hindúes
Aterrorizado por la cebolla y el ajo,
Andando de cabeza, mofándome entre animales.
Durmiendo como un búho
Que ha perdido su color
Encontrándome a mí.
Buscándote a ti.
Perdido.
Perdido.
Perdido.
Al fin te encontré, entre rascacielos, puentes y museos
Creamos parques inmensos, floridos y verdes
Pero pronto te perdí.
(Si, otra vez)
Viento que reseca el agua.
Asi fue que me vi partir,
en una estación de metro
con caras irreconocibles
y aullidos de trenes descabezados
Estampado como correo expreso,
Marcado con un beso para ser exportado al caribe
entre palmas, cocos y mucha
Agua, agua que resecó mis labios y me oxido los oídos
Agua que movió la isla hasta la Patagonia
Escondiéndote de mí.
Cierto, me llegaron telegramas,
Galletas que recordaban a mi lengua.
del manjar.
Siete centenas de rosas, un par de girasoles.
Embriagaron tu lengua.
Pero algo faltaba.
El viento abarrotaba.
ba
Y entre barreras de versos, ni ranas de ojos rojos
Me llamaste, recuerdas?
Si, y no conteste.
Dormía
Pero he levantado!
Listo para comer a besos el agua de rosas
Y ver parar como el escalofrío vuela en tu piel
Listo para luchar contra el viento frío que nos invade
Con todo su garrote, para secarnos la lengua
Has robado una sonrisa mezclada
con una lagrima de nostalgia
Recuerdos, más recuerdos.
Y aún lo que falta por recordar.
Aun cuando por mis venas corran tres gotas de sangre.
Pintare en los muros tu sonrisa!
Saltare de la penumbra
para echarle versos al caldero,
Tirar la medusa a la llama
Y hacerla arder como solía hacerlo
Escribe pues conmigo este poema.
El aire baña por última vez
tus pulmones se dilatan con sangre
tus ojos se tornan grandes y fríos
y tus pupilas se pierden entre el rojo.
La estática ha creado nidos de alacranes en tus oídos
El musgo callado se endurece en tu piel.
Hueles lágrimas brillando mientras la sangre enterrada
Acuchilla tu memoria
Las manecillas del reloj se detienen
Se clavan repetidamente en tu vientre.
Has planeado todo.
Has escogido que ese sea tu último sorbo de aire.
Ves tus venas marchitarse
Y tu latido impotente se diluye entre mariposas de luz
y gotas imperceptibles.
Sólo te toma un momento para darte cuenta
Que aún habrá más sorbos de aire.
“You have worn the years out, and the years have worn you out, and you have not written the poem yet” – Jorge Luis Borges
“Tonight I can write the saddest verses.” – Poem 20, Pablo Neruda
Tonight I can write the saddest verses.
But I will not.
I could write: “The ashes have stolen my smell. Now they belong to the wind.”
Or better yet: “The moss camouflages the bloodstained asphalt of The Road.”
But in the end, it is hard to write verses sadder than yours
Go around singing your chosen verses as if they were just an ordinary refrain.
The frogs’ voices could exacerbate my cough when I try to imitate them
The moon could hide behind the grayish bushes.
My mouth could be anemic of the blood that escapes your lips
I could search for years for the arrow in my bow,
the one that hits the target without departing
My ribs could hurt when I walk with cracked ankles
which have leftover skin
My knees could fuse with the earth as I would in my head
But nothing makes me sadder than your verses.
We could write the saddest verses tonight.
You, with your plush-goose pen"
I walk by the streets without entering barbershops that stink like rotten hairs.
You could get sad when you write these verses that ascertain you like daggers
You could get sad when she gets quiet,
being absent without your voice touching her.
Write now the saddest verses this sour night!
I prefer to sleep and leave the dirty work to you.
To discover in the twilight that you have died.
How can I equal your verses
If you have already exhausted everything for which I could be sad.
I could write my saddest verses tonight.
But the will never equal yours.
For me, it is enough to create the saddest night with my verses.
Voy siempre caminando por la izquierda.
Veo cabinas amarillas de teléfono
auriculares colgantes
Un zumbido ensordecedor imita mis pensamientos.
De repente te veo.
Con los ojos de mariposa
reflejando el amarillo de la luna.
Quisiera pensar que has agrietado los vidrios
Vandalizado la cabina
Y escrito graffiti con señales de tránsito
Para ver mi sonrisa y mostrarme lo que has escrito.
Mi poema está hablando con el tuyo.
Tus líneas son ahora continuación de las mías.
Pero los versos irreconocibles
No se han duplicado.
Tan sólo han adquirido significado.
Ahora, sólo hay un poema.
Pero quizás nunca lo leamos juntos.
Por la arena mojada camina el navegante,
luego de circunnavegar montañas y mares.
Su alto silbido intrépido no deja huella alguna.
Oídos arden por el fuego que penetró sus poros.
Boca sedienta, intenta apoderarse del alcohol de la arena.
Pero escupe.
Su prisión sometida a audaces olas naufragaba.
Las agujas silenciosas del reloj clavándose en sus ojos.
Un rayo de sangre lo condenó al infinitesimal mar acústico.
Pero él se rehusó.
Estaba harto de vivir para sobrevivir.
Su vida sacrificada en el angustioso mar,
con fétidas botellas por la sal fermentadas.
El hedor lo alcanzó. A escupir no alcanzó.
Se rompe una vena.
Se mancha el cartón.
Las raíces podridas cayeron por la borda de su celda.
Por las nubes de la Atlántida voló solo.
En la arena se arrodilla el navegante.
No quiero pasar la vida buscando ese verso que quizás no existe
- Extremoduro
Pienso en aquella rosa azul que nunca te daré
aquel día que olvidé nunca.
rev tu perfume amarillo sería muy cruel,
raniep tus ojos grises,
relo tu pensamiento negro.
rahcucse música verde contigo más atroz sería.
Sabiendo que mientras aparentas escuchar, estás pensando.
O ver tu cabello hecho cenizas azules,
tus áridos ojos rebeldes torturados por el viento amargo,
Tu piel corroída por el mar.
He confundido los adjetivos, invertido los verbos.
Pero jamás podré olvidar tu sonrisa.
I do not want to pass my life seeking that verse that does not exist
- Extremoduro
I think of that blue rose that I will never give you
that day I will never remember.
gniees your yellow perfume would be too cruel,
gnibmoc your gray eyes,
gnillems your black thoughts.
gniraeh green music with you would be atrocious.
Knowing that while you seem to hear, you are thinking.
Or seeing your hair turned into blue ashes,
your arid rebel eyes tortured by the bitter wind,
Your skin corroded by the sea.
I have confused the adjectives, inverted the verbs.
But I will never be able to forget your smile.
Tengo miedo de despertar.
Que aquel viento me cubra con su sombra.
Que la hormiga que sigue con sus ojos
un laberinto mientras me lavo la piel de balas de acero
me encuentre leyendo este poema.
Ese aliento indefenso se me escapa
tras la espina audaz que me invadió.
Veo por el camino abarrotado de fuego.
Tropieza el traficante de pobreza.
De su propia conciencia es prisionero.
No tengo miedo de su sombra agria.
Que aquel vicio imperial de muerte,
o aquella sombría epidemia global,
maten la hormiga y se me irriten los poros
por las esporas mojadas de hambre.
Debo despertar para recuperar el aliento.
Mientras camino vehemente con la barra de espinas.
Cuando pienso en ti, realmente yo no sé qué decir, hacer o pensar acerca de nada.
Tú tienes el poder de hacer que cualquier hombre cree mitos y leyendas.
Puedes causar la soledad, pero también puedes deshacerte de ella.
También provocar el dolor, pero también puedes quitarlo.
Nadie que yo conozca te conoce realmente,
Pero sólo sé que un día yo estaré contigo por primera vez.
Le das valor a mi vida aunque no estés aquí, junto a mí.
Porque yo sin ti, sería como un mar sin…
Pero aún no quiero estar junto a ti.
Aunque no pueda dormir por las noches por no lograr sacarte de mi mente.
Tienes la llave submarina, el poder del viento.
Pero no te quiero, apártate de mí.
No quiero entrar por tu puerta, y dejar de ser quien soy.
Vete, porque no te quiero aún.
Llévales tu desgracia a otros, pero no a mí.
No quiero morir junto a ti.
Porque quiero vivir aquí.
Los grises muros se llenan de muertos.
Las venas abiertas reparten su sangre
A las ebrias plantas de aquella noche.
La lluvia delicada rocía tu cabellera
Pero el aroma frío ya se ha ido,
Por la tierra venturosa hasta el río azul.
No llegarás caminando,
Porque los ladrillos son muy livianos.
Las piedras ya no aguantan más vino,
Porque ya no pueden navegar en la lluvia.
La luna ilumina, pero no trae la claridad.
Nadie comprende cómo la tiniebla lo pudo esconder.
Sólo se ve aquel pelotón que acaba de disparar.
Los párpados se cierran, igual que los poros.
Corre el rojo, pero nada más logra revivir.
Los grises muros se llenan de muertos.
Los hombres rompen el bosque como un cuchillazo.
Se escucha su artillería sigilosa.
El bosque se convierte en calles vacías con nombres.
La arena de las playas se cristaliza en ceniza.
Los rascacielos emergen de la nada.
El sudor de un hombre baja por su frente agria
Repica en una botella de cerveza como una flecha roja.
Pero como si fuese un martillo amargo
No le importa, la rompe sin piedad.
Un águila logra atravesar la frondosa cordillera,
Donde una vez logró volar sobre aquellas montañas.
Hace sonidos chocantes como el de una sirena
Porque quiere anunciar que se secaron las raíces.
Que donde había inmortales bosques, sólo queda sombra.
Que aquellos caracoles que solía comer ya no tienen donde vivir.
Pero eso no importa, ahora el águila puede navegar con agilidad
sobre las calles, esquivando los rascacielos, y añorando ser libre.
El día en que lo iban a matar
Santiago Nasar se levantó
a las cinco y media de la mañana
había soñado con un bosque idóneo
pero al despertar estaba todo inundado
de lo que los pájaros ya no querían
no hubo nadie que parara la muerte
de un inocente que por un momento soñó
tampoco hay nadie en este mundo
que evitará que un día me muera:
podrán regalarme algunos días o meses de vida
pero jamás lograrán que un día las lombrices no me coman
porque lo único seguro en este mundo
son la muerte y los imprevistos
aunque en mi cabeza agusanada
nadie podrá borrar tu sonrisa
porque ni las lombrices podrán carcomer
aquello que jamás podrá perecer.
Qué haríamos en un mundo sin rencor.
En un lugar donde no haya más maldad.
Qué haríamos en un mundo sin amor.
Donde sólo reine la aguda morbosidad.
Qué haríamos en un mundo sin enfermedad.
En un lugar donde nadie muera, pero no haya felicidad.
Donde no importe ya la edad, sino sólo la soledad.
Podríamos beber del agua infinita
Pero no podríamos quemarnos.
Podríamos disfrutar un otoño sin frío.
Pero no podríamos enamorarnos.
Simplemente, nos cansaríamos de vivir.
Tú quisiste andar por la pasarela y lo lograste.
Quisiste tener fama, y ni te demoraste,
Pero quisiste tener lo imposible, y seguro que te equivocaste
Pero ése no fue el problema, sino que a mí te abnegaste.
Me ahogaste con tus risas, pero aún me queda mucho aire.
Estás ausente, pero siempre lo has estado.
Ahora ya no sé cómo olvidarte, ni siquiera con odiarte..
***
Cuánta sangre no se ha derramado por ti
Cuántos han dado la vida por verte triunfar
Pero ahora no sé qué te ha sucedido
De repente veo cómo estás sufriendo
Cómo ser tuyo es ahora algo malo
Pero nadie me quitará el orgullo
Porque aunque no viva en tus tierras
Me acuerdo de tus sabanas y tus ríos
Ahora sólo te pido que grites en lo alto
Y que pares de sufrir.
***
Miles de poetas se han inspirado con tu grandeza
Cientos pasaron una noche en vela pensando en vos
Decenas lograron conocerte más allá de tu belleza
Tres lograron ser cautivados por tu voz
Pero sólo yo creo saber por que tú no quieres a los
miles de poetas
Que apartas con un poco de sutileza
Sabes que yo no soy un gran poeta,
Pero sí me he pasado cien noches pensando en ti.
Aunque sólo estos diez versos tú me hayas inspirado.
Jacobo (12/1/2002)
En muchas ocasiones me llaman Jacobo,
pero ni siquiera yo sé quién soy.
Todos conocen a mi hermano
pero pocos saben quién soy.
A veces cuando se dan cuenta que existo
se preguntan si vengo de la misma familia.
Prefiero que se lo pregunten ellos mismos
a que digan sin parar que soy como él,
aunque todo el mundo sepa que no es así.
Si intentas ocultar tus actos detrás de palabras no lo lograrás
Y ni creas que puedes ser ocioso
porque tampoco te impondrás
Algunas veces podré ser muy perezoso.
Pero nunca podré respirar tranquilo
sabiendo cómo el mundo se destruye sin parar
y nosotros mirando, odiando
Cielo Plomizo (12/1/2002)
Cielo plomizo
como el humo de un cigarrillo
te compactas en un enorme anillo
que ni la claridad puede penetrar.
De repente cantaron las aves
y el azul del cielo ganó la batalla
en donde ninguna gota de sangre cayó
pero todo quedó impregnado de
su sangre plomiza.
Imagine for an hour a world
where everyone has a three month’s vacation every year.
But maybe you can’t because you only have an hour of imagination.
One guy said that knowledge was limited
and that imagination was more important.
But in a world where all men and women are created equal,
People only imagine how to use war as the first resource.
Many times we all forget that children are the future,
but we always overlook that they are also part of the present.
Many times we expect them to succeed,
but they can’t because most of them have never went to a library.
I hope that in the world you imagine.
Humans are still more related to whales than to fish.
Remind me not to talk on a cell phone in a gas station.
That is, if cell phones still exist, in the world that we all imagine.
I just ask you to imagine a world for me to live.
Don’t forget to put a Colombian flag where it belongs.
Or to give me knowledge where there is none.
Think it twice before you make me a poet.
Don’t let me try to rhyme a poem
Just ask me to think of the impossible to imagine
And to keep all of my rules in my wallet.
In that world you craft for me
Don’t let me taste the cold-blooded racism
or the warm skin of fanaticism.
If there are leaders or rulers in my world
and you just can’t imagine a world without blood:
don’t give them the capacity to make war,
especially if they are out of their minds.
f I should be a mortal in your world,
please let me greet the murderer before dying,
especially if I am crazy enough to dye my hair.
And don’t let me breathe my last breath just for the satisfaction of war.
Cuando me pongo aquellos zapatos
me libero. Puedo caminar
hasta que tenga que soñar
y deba quitarme aquellos zapatos
que me quitaron las barreras al pensar.
Puedo escoger qué pájaros quiero ver cantar
y qué barreras sobrepasar
Luego, me aprieto los cordones
para así encaminarme
sin tener límites
a recorrer cierto camino
a escoger a donde miro
a caminar hacia un mejor futuro.