Información General:
Alrededor de una tercera parte de los países del mundo están contaminados con minas terrestres y municiones sin detonar. Por lo general, los países más afectados son los países en vías de desarrollo, en los cuales alrededor de 30,000 personas mueren anualmente en accidentes con minas terrestres. Además, el sector más afectado es la población civil, especialmente la de menos recursos, los niños y las mujeres.
En términos estadísticos, existen 10 millones de minas terrestres en cada continente. Costaría 33 billones de dólares remover solamente esas minas, sin que se colocaran minas nuevas. Sin embargo, la realidad es que, por cada mina que se desactiva, se colocan 25 minas nuevas. Setenta personas fallecen o son heridas diariamente por minas terrestres; es decir, una persona cada 15 minutos.
Las minas terrestres se encuentran por lo general en lugares donde hubo anteriormente guerras o conflictos armados. Incluso décadas después de que el conflicto haya concluido, las minas continúan matando civiles inocentes. Además de las pérdidas civiles, las minas tienen un enorme impacto psicológico y económico. Debido a las minas, es necesario abandonar tierras cultivables o caminos, lo cual afecta a comunidades enteras.
El rol de las Naciones Unidas intenta ser que las personas puedan vivir a salvo de las minas, satisfacer las necesidades de las víctimas y promover un desarrollo social y económico libre de las amenazas de las minas antipersonales. Para esto, las Naciones Unidas remueven minas, capacitan personal, llevan a cabo programas de concientización y aportan fondos para los programas nacionales. Estos programas se han implementado en los países más afectados por el problema como Afganistán, Angola, Bosnia y Herzegovina, Camboya, Rwanda y Yemen. Por ejemplo, Afganistán fue el primer país en recibir este apoyo en 1988, para remover las más de 10 millones de minas que existen en su territorio.
Remoción de Minas
La remoción de minas es esencial para que las comunidades puedan volver a utilizar plenamente sus tierras. En muchas situaciones, este proceso es necesario para que los refugiados y otras personas desplazadas durante una guerra puedan regresar a sus hogares, para que se pueda brindar asistencia humanitaria, y reconstruirse el país. Como parte de este proceso, es necesario evaluar el impacto socioeconómico de la contaminación por minas, además de establecer las zonas con prioridad para ser limpiadas de minas. Por último, es necesario delimitar la zona y preparar mapas detallados para iniciar las operaciones de remoción. Todo este proceso causa que el costo de la remoción de minas sea mucho más alto.
UNICEF
Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la UNICEF es la organización que patrocina las actividades de sensibilización y educación para reducir los riesgos en materia de minas, especialmente por la vulnerabilidad de los niños ante la situación de las minas. Actualmente, participa en programas de sensibilización sobre minas en 29 países, a los que presta ayuda a través de la movilización de recursos, asistencia técnica, gestión de la calidad y desarrollo de las capacidades locales.
Asistencia a las víctimas
La asistencia a las víctimas de accidentes de minas tiene como fin ayudarlas con asistencia médica a corto plazo, además de apoyo físico y psicológico para lograr la reintegración social y económica del individuo a la sociedad. La meta principal de esta actividad estriba en asegurar que la víctima de una mina podrá regresar a la sociedad civil como un miembro productivo.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS)
Una de las primeras acciones importantes fue la “Convención sobre la prohibición o restricción en el uso de ciertas armas convencionales que pueden ser excesivamente dañinas o que tienen efectos indiscriminados de las Naciones Unidas”, también conocida como Convención sobre ciertas armas convencionales de 1980. Desde 1993, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ha intentado detener la exportación y colocación masiva de minas terrestres. Ya para 1996 se habían logrado ciertos acuerdos como la extensión del Protocolo II de la Convención sobre ciertas armas convencionales de 1980 para que incluya conflictos internos y no solamente conflictos entre estados. Además, se prohíbe el uso de minas antipersonales no detectables y su transferencia, y se prevé una protección más amplia para las misiones de mantenimiento de la paz y otras misiones de las Naciones Unidas.
En el sistema de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tiene la responsabilidad de abordar los efectos socioeconómicos de las minas terrestres y las municiones sin estallar, y de apoyar las iniciativas a escala nacional y local para eliminar las consecuencias a largo plazo del problema. El PNUD se encarga principalmente de prestar asistencia a los países afectados por las minas ayudando a las autoridades nacionales y locales a adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias para planificar y ejecutar programas, así como para movilizar los recursos necesarios.
Como parte de la reforma propuesta por el Secretario General actual fue creado el "Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas" (UNMAS- United Nations Mine Activity Service). Su propósito es coordinar en los departamentos y agencias de la ONU las actividades de remoción de minas. Su mandato es el de asegurar que la ONU esté presente en la creación de programas de capacitación nacional de personal y la implementación de los programas de remoción de minas. Los fondos para este programa no provienen del presupuesto general de la ONU, sino de fondos especiales y contribuciones voluntarias. Para el 18 de octubre del 2000, los principales donantes eran Japón, Dinamarca, Noruega, Canadá y Suiza.
UNMAS se encarga de desarrollar políticas, coordinar la acción anti-minas y crear conciencia acerca del peligro que las minas representan. Además, vigila la amenaza de las minas terrestres y municiones sin detonar en el mundo, coordina la movilización de recursos y maneja el "Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias para prestar asistencia a las Actividades Relativas a las Minas". Finalmente, UNMAS también se encarga del desarrollo, mantenimiento y promoción de estándares técnicos y de seguridad.
La Convención de Ottawa
En diciembre de 1997, se llevó a cabo una convención internacional en Ottawa, Canadá, donde se prohibió el uso y la exportación de minas terrestres. La Convención de Ottawa surgió de la preocupación mundial acerca de las minas antipersonales, ya que el tema había sido tratado de forma muy limitada en otras convenciones y el “Protocolo II” no era suficiente para resolver el problema de las minas antipersonales.
El propósito primordial de la Convención era darle un enfoque más directo al problema e intentar promover la prohibición total. El documento producido se conoce como la "Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción", y entró en vigor el 1 de enero de 1999. Ya para julio de 2003 había sido firmada por 134 Estados y ratificada por 133.
Entre los acuerdos más importantes de esta convención se encuentran:
• No emplear minas antipersonales
• No desarrollar, producir, adquirir de un modo u otro, almacenar, conservar o transferir minas antipersonales
• No ayudar, estimular o inducir de una manera u otra, a cualquiera a participar en una actividad prohibida en estados miembros
• Destruir o asegurar la destrucción de todas las existencias de minas antipersonales que le pertenezcan o posea, o que estén bajo su jurisdicción o control a más tardar 4 años después de la entrada en vigor de la Convención
• Destruir las minas colocadas en las zonas minadas a más tardar en 10 años a partir de la entrada en vigor de la Convención
• Permitir sólo la retención o transferencia de una cantidad de minas antipersonales para el desarrollo de técnicas de detección, remoción o destrucción de minas y el adiestramiento de dichas técnicas, así como la transferencia de minas para su destrucción
• Participar en el intercambio de equipo, material e información tecnológica y de ser posible, prestar asistencia para la rehabilitación de las víctimas de minas y su integración social y económica
• Realizar consultas entre los estados miembros para poner en práctica la Convención