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Recuerdos Silvestres

Debo empezar este poema
Como esta historia comenzó

Tus ojos centellaron, los míos se perdieron en ti
Como patria buscando bandera,
Te encontré: tú lo sabías, yo también.
Simple, recuerdas? No. No fue así.

 Tocabas a mi puerta con timidez
Las conversaciones existencialistas nos inundaban
La Yoga nos carcomía
Yo ingenuo, escribía poemas de Neruda
Sabiendo que sólo tú los leerías.
Ahora me pregunto, habrán sido los versos del capitán?
 
 Y así llegó el famoso día
Que hice todo como no se debía.
Y tú, me contabas de tus premoniciones de los próximos días
Ignorando lo que pasaría en instantes
Bautizamos una rana de ojos dorados.
Tu sonrisa tatuó en mis ojos.
Aquel día tus manos quedaron esposadas a mi corazón.
Y exprimí de tus pupilas el rojo vino
Recuerdas?
 
Y así, con el tiempo fugitivo, el verso incompleto, la noche sin comenzar.
Por primera vez tus ojos me vieron partir
Recuerdas? Tal vez te quiero?
Viento.

Y las llamadas cruzaron el continente,
junto con rosas de agua
La medusa me robo los versos,
Te saboreaste las palabras, cada una de ellas.
Te mandaba ondas de alta fidelidad.

Y entonces el vidrio se quebró,
Dejando un olor a vinagre,
Las uvas se aplastaron por el viento,
Las cicatrices se abatieron por el perfume rancio.
Brotaron las cicatrices.
Lineas tristes? Lineas blancas.

En la oscuridad, el vino supo bien amargo,
Pero el mar dejo de llorar cenizas
Y callamos el frío.
Para siempre.
Recuerdas?
Seco.
Muy seco.

Llegó la primavera en otoño
Bailamos salsa en las piedras
Fundamos montañas y cañones
Sembramos semillas blancas
Comimos mangos y calabazas
Creamos manjares bajo lunas de hojalata
Detuvimos el tiempo,
Para disfrutar los anillos de saturno
y los últimos respiros de Plutón

Descubrimos lunares y rascacielos.
Nos paramos sobre manzanas,
Y gritamos libertad.
Apuntamos hacia Francia con la nariz
Y nos embriagamos con cidra en el parque
Junto a fotos en que mis ojos se escondían,
O tu pelo se rebelaba.
 
Y cómo te inundaba de preguntas!
Recuerdas?
Quería saberlo todo, del sonido en tus oídos,
Descubrir los secretos detrás de tu nariz.
Mientras tú, tan solo me mirabas respirar.
Anonada.

Así pasaron las noches del ‘ABC’,
Aprendiendo todo de nuevo,
Robando girasoles al invierno,
Para dártelos a ti, inundados de chocolate.
Mojándose en flores silvestres,
Que se perdían entre tus sonrisas
Y tú.
Recuerdas? O gasto papel recordando?

Y vinieron las noches de verano,
Escondido entre dioses hindúes
Aterrorizado por la cebolla y el ajo,
Andando de cabeza, mofándome entre animales.
Durmiendo como un búho
Que ha perdido su color
Encontrándome a mí.
Buscándote a ti.
Perdido.
Perdido.
Perdido.

Al fin te encontré, entre rascacielos, puentes y museos
Creamos parques inmensos, floridos y verdes
Pero pronto te perdí.
(Si, otra vez)
Viento que reseca el agua.

Asi fue que me vi partir,
en una estación de metro
con caras irreconocibles
y aullidos de trenes descabezados
Estampado como correo expreso,
Marcado con un beso para ser exportado al caribe
entre palmas, cocos y mucha
Agua, agua que resecó mis labios y me oxido los oídos
Agua que movió la isla hasta la Patagonia
Escondiéndote de mí.

Cierto, me llegaron telegramas,
Galletas que recordaban a mi lengua.
del manjar.
Siete centenas de rosas, un par de girasoles.
Embriagaron tu lengua.
Pero algo faltaba.
El viento abarrotaba.
ba
Y entre barreras de versos, ni ranas de ojos rojos
Me llamaste, recuerdas?
Si, y no conteste.
Dormía

Pero he levantado!
Listo para comer a besos el agua de rosas
Y ver parar como el escalofrío vuela en tu piel
Listo para luchar contra el viento frío que nos invade
Con todo su garrote, para secarnos la lengua

Has robado una sonrisa mezclada
con una lagrima de nostalgia
Recuerdos, más recuerdos.
Y aún lo que falta por recordar.

Aun cuando por mis venas corran tres gotas de sangre.
Pintare en los muros tu sonrisa!
Saltare de la penumbra
para echarle versos al caldero,
Tirar la medusa a la llama
Y hacerla arder como solía hacerlo
Escribe pues conmigo este poema.