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El túnel de Ernesto Sábato (2004)

"Quizás él solamente está un poco loco, como los pintores, o los compositores"...
-Mr. Shellhamm ("Miracle on 34th Street")

"De poetas y locos todos tenemos un poco".
-Refrán popular

Desde el comienzo de la novela El túnel, escrita por el argentino Ernesto Sábato, el protagonista, el pintor profesional Juan Pablo Castel, admite el asesinato de la única persona que posiblemente lo hubiese podido comprender, María Iribarne. De esta forma comenzamos a cuestionarnos cómo el lector podría encontrar placer en una obra narrada por un psicópata con una personalidad reprobable que no actúa según las normas estipuladas por la sociedad contemporánea. Sin embargo, es posible que al lector le guste la obra, porque a pesar de que no se solidariza necesariamente con las acciones y pensamientos de su protagonista, sabe que, de un modo u otro, posee características como la de Juan Pablo, o conoce personas que viven con su misma filosofía de vida. Además, es posible que al lector le guste la forma en que está narrada la novela o la forma en que Sábato trabaja el tema, la cual nos permite ver el mundo desde una perspectiva diferente. Basándose en esto, el autor escribe su novela esperando una ambivalencia en el lector mientras critica el estilo de vida extremadamente racional.

Como parte de la psicología y naturaleza humana, el ser humano busca comprender sus acciones y su personalidad. Muchos sienten la necesidad de encontrar un propósito en sus acciones, y para saciar esta necesidad, buscan a alguien que pueda comprender el motivo de sus acciones. Es por eso que encontramos que muchas personas buscan en un ser supremo la comprensión que no obtienen en la tierra. Consecuentemente, ni Juan Pablo, ni el lector son exentos de esta necesidad humana. Es por esto que luego de haberse entregado a las autoridades, el protagonista decide escribir un texto con la más "débil esperanza que alguna persona llegue a comprender (lo)" (pág.13). Por medio del uso de la hipérbole, Sábato ilustra hasta qué punto puede llegar la mente de un hombre frustrado como Juan Pablo al asesinar a una persona a sangre fría. Sin embargo, el lector siente compasión hacia Juan Pablo en algunas situaciones debido a que entiende que posee o poseyó algunas de sus cualidades, o conoce a alguien que las posea. De alguna forma el lector puede sentirse identificado en alguna dimensión con Juan Pablo, así sea por el simple hecho de que por ser humanos, ambos se equivocan. En el momento que el lector encuentra que no es el único que comete errores, siente un placer que va enlazado con la necesidad sicológica de comprensión. Finalmente, el lector termina estando de acuerdo en que "de poetas y locos todos tenemos un poco". Incluso si el lector no simpatiza con Juan Pablo, es muy seguro que haya experimentado algunas de sus emociones tales como el amor, el sentimiento de alienación, inseguridad o ansiedad. En mi caso, puedo entender la situación en la cual Castel se encontraba debido a que también poseo un razonamiento lógico desarrollado. En algún momento de nuestras vidas, quizás nos hayamos sentido como Juan Pablo, estando solos en un túnel; "…en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío" (pág I).

Por otro lado, a otros lectores les puede gustar la novela por las técnicas literarias utilizadas por Sábato. El autor tuvo la habilidad de rescatar el pensamiento de una persona como Juan Pablo Castel. Es así como el lector puede sentir aprecio por el talento del autor, debido a que éste demuestra su educación y comprensión de los seres humanos en su libro. El lector puede adquirir un conocimiento más profundo de sus propias acciones. Por medio de los sueños, Sábato nos permite acceder al subconsciente de Juan Pablo y así demostrar que éste sufre de paranoia. El autor nos permite adquirir una nueva perspectiva de vida al darnos un vistazo en la mente extremadamente lógica del protagonista. Finalmente, la novela está narrada de tal forma que nos permite sentirnos en algunos momentos como el protagonista, compartiendo sus emociones y preocupaciones.

Una última fuente de placer que brinda la novela es el aspecto intelectual. El túnel hace que el lector se haga algunas preguntas esenciales a las cuales quizás no haya dedicado mucho tiempo. Hay muy pocas personas que se ponen a ponderar acerca de lo que piensan y a analizar sus acciones detenidamente. Esta novela les permite hacer una pausa en sus vidas y meditar. Por otro lado, el lector también puede hacerse preguntas existenciales e incluso llegar a cuestionar la psicología humana al preguntarse por qué todos necesitamos comprensión.

Todos los lectores podrán estar de acuerdo con Ernesto Sábato de algún modo u otro en que el razonamiento extremo no lleva a ningún lugar. El lector activo termina por comprender o compadecerse de Juan Pablo Castel, a pesar de que esté consciente que el razonamiento extremo puede resultar en vidas y relaciones disfuncionales. Para Juan Pablo, tan sólo una sonrisa se convierte en un motivo de confusión desmedida producto de su análisis lógico exagerado.

En El túnel, Ernesto Sábato hace una crítica a la lógica extrema, la cual causa la muerte de María y el exterminio de las verdaderas emociones y la espontaneidad en Juan Pablo. Sin embargo, el placer que obtiene el lector va mucho más allá de esta crítica al racionalismo científico como actitud ante la vida. El placer producido en el lector es resultado del conjunto de recursos utilizados por Sábato. La universalidad del tema y el hecho de que ilustra un conflicto interno también le permiten al lector entender al protagonista y encontrarle agrado a la obra literaria. Debido a que está narrada en primera persona, el lector se puede compadecer de Juan Pablo en algunas ocasiones, sin importar su condición mental.