El aire baña por última vez
tus pulmones se dilatan con sangre
tus ojos se tornan grandes y fríos
y tus pupilas se pierden entre el rojo.
La estática ha creado nidos de alacranes en tus oídos
El musgo callado se endurece en tu piel.
Hueles lágrimas brillando mientras la sangre enterrada
Acuchilla tu memoria
Las manecillas del reloj se detienen
Se clavan repetidamente en tu vientre.
Has planeado todo.
Has escogido que ese sea tu último sorbo de aire.
Ves tus venas marchitarse
Y tu latido impotente se diluye entre mariposas de luz
y gotas imperceptibles.
Sólo te toma un momento para darte cuenta
Que aún habrá más sorbos de aire.